Leitaria Garrett

quinta-feira, fevereiro 22, 2007

tengo ganas de tu biblioteca... la deseo y te la prometo. porque me la merezco, depues de todo. Lástima esa tarjeta tardía y lejana que te/me llegó a casa porque te has levantado pronto esa mañana de aún-invierno. Te prometo libros y más libros. Me lo merezco. Y sabes qué? Me merezco esa biblioteca tuya justo al cruzar de la acera de mi calle, despues de un "café y un bizcochito" (Cortazarianismos). Me merezco tus/sus libros debajo de mi brazo o en la mochila. ¶ 7:31 da manhã

terça-feira, fevereiro 06, 2007

Aaha, Aaha
Du bist so heiß wie ein Vulkan.
Aaha, Aaha
Und heut verbrenn ich mich daran.
Jedermann nennt Dich Sweet Lady Samba, Jeder sieht daß Du kein Kind mehr bist, Die bunten Lichter drehn sie wie Feuer Wenn Du die Welt ringsherum vergißt. Du bist so heiß wie ein Vulkan. Und heut verbrenn ich mich daran. RocknRoll, Cha Cha, Mambo und Boogie Das ist jetzt alles für mich vorbei. Die ganze Welt tanzt heute die Samba! Ole!, Ole! wir sind dabei!
Tanze Samba mit mir, Samba Samba die ganze Nacht. Tanze Samba mit mir, Weil die Samba uns glücklich macht! Liebe, Liebe, Liebelei, Morgen ist sie vielleicht vorbei! Tanze Samba mit mir: Samba Samba die ganze Nacht! ¶ 5:42 da manhã

Tenho Novembro para a troca. Alguém com Março repetido?

¶ 2:12 da manhã

Na altura em que as nuvens ainda se ressentiam da vida terrestre, quando o Dieu ainda se apresentava às estações do ano como um fumeur de Havanes (e trauteava „je vous aime“ ao ouvido de Mdme. Deneuve), quando a cidade cedia à metamorfose de si mesma e se transformava em vilarejo (e realejo!), quando o canário que nunca o foi teimava em cantar até à exaustão sonora daquele semáforo verde (peitos fartos! filhos fortes!), quando os planetas se alinharam e o Universo se particularizou infinitamente: dei por mim a atravessar a rua, com um saco de mercearia na mão e algum tabaco no bolso enquanto ainda dormias sem roupa na minha cama.

¶ 2:04 da manhã

quinta-feira, fevereiro 01, 2007

A Lucia le encantaba esa pelí. No tanto como Piedras, creo. Pero sí que me habló un par de veces de ella. Un “peliculón” desos de Lunes de aburrimiento o de Domingo por la tarde en Cartuja (para mí, Cartuja siempre será esa zona indefinida que en el mapa de la ciudad queda media perdida entre la Plaza de Toros, el Kinépolis y la Chana. De todas formas, no creo que se encuentre en esta misma región otra autoescuela con el nombre “si Dios quiere”!).
Lucia no llegó a saber a que huele la Filmoteca por dentro.

A Laura (todavía me sigue gustando más cuando la llamo de Laura que Lauri pero ahora mismo no me apetece discutir pragmática sentimental) le gustaba esa otra del De Sica y me la tenia prometida. Le gustará seguramente Antonioni. Y Rossellini. Y la veo enamorada de la estética Bergmaniana igual que del frenesí de Godard ( aún que la vea más como una “chica Truffaut”).

Bea había contraído matrimonio con los musicales de Hollywood (clásicos o no. La única regla era que no huyesen de la fórmula) y se sentia que este género cinematográfico alcanzaba su plenitud ahora que ella vivia su apoteósica adolescencia. Una que otra vez hemos logrado bailar en la calle al final de una proyección buscando libertar el tiempo en el que habiamos cerrado la posibilidad fisica de la danza a la latitud de una tela de 12 metros.

Ana poseía esa capacidad de amar a todo y a todos en la vida de vigilia. Y con las películas le pasaba exactamente lo mismo. Casi que no le hacia falta ni verlas hasta el final para saber que le encantaban. Ana, la chica de los detalles (más bien una “chica Godard”), de las escenas cortas más que de las largas narraciones cinematográficas. Por eso ese animismo suyo, esa obcesión por los cortos y los videoclips.

¶ 5:41 da manhã